El término partenogénesis, derivado del griego nacimiento a partir de una virgen, se usa en biología para referirse a una forma de reproducción en la cual un óvulo se desarrolla sin la participación de la célula sexual masculina. Entre los animales, muchas especies de insectos se reproducen de manera natural por partenogénesis. Conocido es el caso de las abejas, en las que los huevos no fertilizados dan lugar por partenogénesis a zánganos.
Una hembra de tiburón ha dado a luz. Esto no sería una sorprendente noticia en sí, si no fuera porque se trata de un ejemplar martillo de esta especie ¡virgen! el que ha concebido y posteriormente parido una cría de tiburón. Es decir, lo ha concebido sin mediación de ningún macho, de manera natural sin haber sido previamente fecundada.
Este caso de partenogénesis o reproducción asexual se produjo en el acuario del Zoo Henry Doorly de Nebraska, en Estados Unidos. Y aunque salga ahora a la luz al ser publicado en la revista Biology Letters fue en el año 2001 cuando tuvo lugar el parto. Una de las primeras hipótesis, posteriomente descartada, fue la posibilidad de que se hubiera producido un "almacenamiento" de esperma anterior al cautiverio de esta hembra que vivió durante tres años sin ningún macho de su especie a su alcance.
La prueba definitiva de la ausencia de concepción sexual se obtuvo gracias a científicos de la Nova Southeastern University de Florida y de la Queen University de Belfast que, tras realizar un análisis de ADN de la cría, comprobaron que no existía traza genética alguna de un macho. La única explicación posible es que el óvulo no fue fertilizado y la cría resultó de un fenómeno de duplicación y fusión de dos células con idénticos cromosomas.
La pregunta es ¿podría llegar a darse este mismo mecanismo en otras especies como el ser humano en similares situaciones?
National Geographic