Madrugar en sábado
Una de las sensaciones más extrañas que conozco es la de madrugar en sábado, domingo y festivo. A las ocho de la mañana de esos días una extraña neblina que nadie sabe de donde proviene se cierne sobre la ciudad. Poca gente la ha visto, porque solo se ve cuando estás sobrio y recién despierto, llegando a las ocho a casa sin haber dormido es imposible verla. Otra de las cosas que ocurren esos días es el silencio, sólo se escuchan los pájaros de ciudad, cada vez más confundidos con los ciclos solares y climáticos. El sonido de la cafetera y el olor del café recién hecho impregnan la casa y te dan los buenos días. Las ojeras son más grandes que ayer, pero no te importa porque sabes que recuperarás el tiempo perdido....
1 comentario:
Pues como ya sabes vivimos esa misma sensacion al unisono el sabado, con matices, eso si.
Estas metiendo todas las movidas frikis que puedes al blog por cierto, hace años algunas de las cosas que pones eran impensables, y ahora todo esta al alcance de los dedos.
saludos!!
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