16.4.07

Hoy quise componer la canción más perfecta del mundo y me quedé en blanco como en un examen que te sabes demasiado bien. Hoy me aparté del mundo por un instante para idear la frase que finalizase la canción definitiva, pero resultaron estar demasiado caras y el kilo de poesía se me va de las manos. Sentado en este portal con la libreta en la mano, acuño palabras demasiado importantes como para salir de su sociedad secreta. Veo la vida pasar con zancadas de gigante y se me vuelve a romper la punta del portaminas en el momento en que la mina es tan corta que se mete para dentro al escribir, una lástima, esa era la última mina. Con la frase en la mente caminé por las calles deambulando, pensando en pedir un bolígrafo prestado, pero con los harapos que llevo por ropa prefiero no hacerlo. Abro el cartón de vino y sigo caminando hasta caer rendido en un banco de la plaza de chamberí. Me duermo entre el frío, las palomas y las miradas de los niños. Sé que mañana no existirá esa frase, ya no me rece la pena recordar ni como me llamo.

1 comentario:

giraluna dijo...

Frases mil, pero ésa seguro que ya no existe. O no te acuerdes de que existe.

Me ha gustado mucho, Sergio.

Muas!